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Del Corazón

La Espera Desespera

La espera desespera.

Hace tiempo no escuchaba ese refrán, pero es lo primero que me vino a la mente al sentarme a escribir.

Mi intención al planear el tema de hoy era hablar abstractamente sobre cómo las bendiciones de Dios son entregadas por Él a Su tiempo, pero Dios es maravilloso, y antes de poder escribir sobre esto me habló, y me dijo, “Yo estoy haciendo ya. No metas las manos porque lo vas a arruinar.”

¿Cómo iba a hablar sobre este tema, estando a punto de tratar de quitarle a Dios las riendas de un asunto que ya le entregué?

Nadie te dice lo difícil que es confiar.

En algún momento, todos hemos eschuchado una variante de esta frase, especialmente si eres cristiana: Confía en Dios.

Pero confiar es difícil, especialmente cuando estás acostumbrada a poner tu confianza en personas o circunstancias que terminan decepcionándote. Cuando tienes más experiencia confiando en aquellos que te defraudan, es duro confiar en Dios.

Yo estoy acostumbrada a tomar las riendas de la mayoría de los asuntos en los que me envuelvo. Si quiero algo bien hecho, pues, lo hago yo misma. En los últimos 6 años, he tenido que aprender que soy humana, y nada de lo que yo haga va a ser perfecto o estará totalmente bajo mi control. Ese papel le pertenece a Dios.

La espera desespera… Espera de todos modos.

Esperar no significa no hacer nada. Significa hacer lo que Dios te había dicho que hicieras mientras Él se encarga de alinear todo para entregarte lo que Él tiene para ti.

En 1 Samuel 16, la Biblia nos relata que Samuel ungió a David como rey de Israel. Aun así, David no se convirtió en rey inmediatamente. Luego de recibir la unción, David volvió a la tarea que ya tenía en sus manos – pastorear los rebaños de su padre Isaí. Mientras tanto, Dios envió un espíritu para que atormentara a Saúl en las noches, y sus siervos sugirieron encontrar un buen músico para que tocara en las noches y así Saúl se podría relajar y dormir. Fue uno de los siervos de Saúl que recomendó a David para esa posición.

Si David no hubiera sido buen administrador de lo que se le había entregado, aún cuando había sido ya ungido, no hubiera llegado al palacio.


Ahora mismo, estoy pasando por un momento de espera en más de una área de mi vida. Se siente extraño esperar. Pero mejor es esperar con paciencia en el tiempo de Dios que arruinarlo todo si te empeñas en hacer su trabajo por Él.

Les comparto un Salmo que continúa en mi corazón y espero les bendiga.

Sin embargo, yo confío en que veré la bondad del Señor mientras estoy aquí, en la tierra de los vivientes. Espera con paciencia al Señor; sé valiente y esforzado; sí, espera al Señor con paciencia.

Salmos 27:13-14


Esperando en Dios,

Valeria